sábado, 30 de junio de 2007

Anthropologie du boudoir

En junio del año pasado, Augusto Zanela me invitó a realizar una colaboración en un proyecto suyo que formó parte de una exhibición colectiva a la que había sido invitado, realizada en un sitio dueño de una decoración muy setentas: la habitación de un ex albergue transitorio de Palermo, pronto a demolerse. Me pidió que redactara un cuestionario para explorar los imaginarios sexuales y artísticos de los artistas que formarían parte de la experiencia, entre los que se contaban Guillermo Iuso, Eleonora Molina y Marcelo de la Fuente, entre otros. La idea fue que Laura Isola por su parte y yo por la mía ensayáramos un menú de preguntas cada uno para después barajarlos a piaccere. Acabo de encontrar en un viejo archivo mi primer cuestionario, que decía así:

¿Qué importancia tiene el sexo en su vida artística?
¿Podría definir su arte en términos eróticos? ¿Cómo sería?
Enumere su top 3 de artistas con más sex appeal
¿Cuál es para Ud. el/la artista argentino/a más sensual?
Witold Gombrowicz aseveró “no existe un pensamiento no erótico”; para Ud. ¿pensar es erótico? De contestar no a la pregunta anterior ¿qué actividad cotidiana lo erotiza?
La obra erótica por excelencia (en su canon personal)
¿El sexo en el arte contemporáneo es diferente al sexo en el arte moderno?
El arte argentino ¿es más o menos erótico que hace diez años? ¿Por qué?
¿La pornografía logró su madurez en el arte?
¿La pornografía es arte o puede serlo?

Las fotos con las que ilustro estos interrogantes son obras de Yamandú Rodríguez.