miércoles, 7 de marzo de 2007

Casting Giant Size?

En una de las poderosas series de tintas que Martín Legón (Buenos Aires, 1978) está preparando para su nueva muestra en Appetite (será en Junio bajo el sugestivo título de El remordimiento como el primer motor) volvemos a encontrarnos con ese efectivo sistema compositivo que propone una situación en la cual el o los protagonistas se encuentran amenazados por una presencia ominosa (habitualmente un insecto, un animal o un desastre climático) cuyo volumen suele ser varias veces mayor al habitual, pero en esta oportunidad con el agregado de un elemento-icono del arte contemporáneo que viene a desplazar momentáneamente a sus desolados decorados, la irrupción de uno de los fetiches críticos por excelencia: la archifamosa Caja Brillo. Aclaro que este elemento ya había aparecido en su exquisita y hasta hoy última exhibición individual (¿Dónde termina un parque de diversiones? en Jardín Oculto). Obra más que paradigmática del siglo pasado, los facsímiles de los envases industriales realizados por Andy Warhol en 1964 son la base de la arquitectura teórica de Arthur Danto, el hito elegido por el crítico y filósofo para trazar la frontera de inicio de eso que comenzó “después del fin del arte”.
Legón, al igual que Raymond Pettibon (Tucson, 1957)o Fermín Eguía (Comodoro Rivadavia, 1942), para citar artistas de geografías y generaciones diversas, es un constructor de escenas condensadas acariciadas siempre por una contundente sensación de vulnerabilidad frente a una catástrofe insorteable, pero ahí donde Eguía reescenifica una sucesión de dramas caros a nuestra tradición y visiones de cotidianeidad, Martín nos invita a preguntarnos por el futuro de la conexión que entablamos con las viñetas de pequeño formato donde la relación de alto o bajo arte hace rato no tiene ninguna razón de ser.
Los protagonistas ya no actúan intimados por enormes insectos o animales sino que parecen desorbitados por el emblema-signo-origen de los tiempos que nos tocan en suerte (¿una especie de memento mori de diseño?).
Pero esto no es todo: en la última edición de Currículum Cero, certamen de la galería Ruth Benzacar, Legón expuso unos facsimilares povera-trash de las Cajas Brillo ¿llamaban éstas réplicas reducidas a un casting entre los espectadores como modelos para los protagónicos de sus proximas obras? Quizá, quien dice, seas el próximo retador de monstruos