sábado, 20 de febrero de 2010

Súper Porno

En el futuro tus deseos serán virtuales” leemos en los minutos iniciales de X1 (al menos de su trailer), presentada como la primera película porno en 3D (sí, sí, aquel viejo sueño de Tinto Brass) que se estrenará oficialmente el 18 de marzo próximo.

¿Virtuales? ¿Qué quiere decir que un deseo es virtual? Por lo menos no parece serlo para el pastor ugandés que proyectó una película porno gay en un oficio religioso a modo de denuncia. “¡Esto es el pecado! ¡Esto es lo que sucederá delante de sus ojos si no se persigue a estos degenerados!” Toda esta semana centenares de blogs replicaron la noticia. Parece que para el pastor con el enunciado no bastaba, no era suficiente: las imágenes funcionaban (en su cabeza) como una prueba, como un documento.

Hasta no hace mucho, el porno era una industria con sus elementos (su orden de producción) perfectamente distribuidos: en los últimos años la ecuación se fue modificando radicalmente. No es que se haya virtualizado (o re-virtualizado), sino que el porno no sucede en el mismo sitio ni del mismo modo. ¿Qué sucede con algo tan central como el casting en una plataforma como CAM 4?

¿Qué sucede con el director? ¡Incluso con la programación! Rebobinemos ¿CAM 4 es porno?
Por lo pronto, disputa a los espectadores-porno. ¿O acaso el motor del porno no radica en el deseo de los espectadores?

Por otra parte ¿qué sucede con el tiempo? Las imágenes del porno siempre funcionaban en un relato pretérito (una serie de escenas de sexo ya filmadas). Pero CAM 4 es ¡en tiempo real! Espectador y espectado experimentan un mismo momento ¿en lugares distintos?

Veamos. Existen análisis (fuimos recolectando varios el los últimos días) que afirman que Second Life se transformó definitivamente por su megaoferta sexual. La gran red social 3D se transformó, para muchos, en el gran juego de sexo virtual. Leemos:

“La industria del porno fue, precisamente, parte de la causa del progresivo deterioro del proyecto. En un mundo virtual donde se podía montar un espectáculo abiertamente explícito casi en plena calle y dónde las ofertas de dudosa catadura convivían con las serias, las empresas preocupadas por su imagen comenzaron a cerrar sus sedes online. En 2008, Linden cambió de manos y el nuevo presidente de la compañía, Marc Kingdon, decidió llevar todos los negocios con contenido para adultos a un nuevo continente llamado Zindra, cuyo acceso está prohibido a los menores de 18 años.”

Quizás el pastor ugandés tuviera razón en este sentido: el porno ya no permanece en el mismo sitio ¿o somos nosotros los que ya no pertenecemos del mismo modo a un lugar específico? Me escribe Napoleón B. :

“Cuando tu novia, amante o amiga vive en otro continente, a miles y miles de kilómetros, y sin embargo está a tu lado en el metaverso, cuando tenemos sexo por medio de nuestros avatares mientras nuestros cuerpos se encuentran tan lejos ¿es el deseo el que se virtualiza o solamente el contexto el que ya no nos interpela del mismo modo?”.

Si el espacio público puede ser intervenido pornográficamente por un hacker (cuando, hace muy poco, se produjo en Moscú ese fabuloso atasco debido a la repentina proyección de escenas porno en una pantalla publicitaria no fueron pocos los que hablaron de porno público), también la intimidad hace mucho que está distribuida de otro modo.

Si CAM 4 es una plataforma de canales públicos, en Chile, el ahora célebre Sandro montó su pyme con un equipo casero y en su propio living. Ponelo.cl es un portal de negocios que, como venimos viendo y como tantos otros, afecta radicalmente las estéticas y los alcances de lo que entendemos por porno.

¿Acaso Bruna Surfistinha no se convirtió en un best seller de la era 2.0? Hoy día, entender la cambiante lógica de las redes –no sólo la dinámica de la web, sino más bien los efectos unplugged de esta dinámica- es un objeto cultural capital. Parece increíble, pero aún existen quienes se siguen resistiendo a aceptar que pasamos una increíble cantidad de horas de nuestras vidas interactuando por medio de la web.

¿O acaso que un chef con Anthony Bourdain promocione sus “comidas porno” no es un síntoma de lo que sugiero? El dúo italiano Il Genio lo expresó del modo más directo que conocemos: lo nuestro (lo de todos) no es más que Pop Porno.