jueves, 25 de febrero de 2010

Orgía total

Apuntes de software ritual y primitivismo web: más remixes de imaginación arcaica


“¡Bakunin derrotado por el fin de semana! Aún mejor: Bakunin-Ray Ban-Coca Cola. Todo es lo mismo. Por otra parte, en los recogedores de basura, en los basureros, donde todo acaba, también los muertos asesinados, ¿acaso no vuelve a ser todo lo mismo? Entropía de las entropías, el desorden general asimila y empareja todo ¡He ahí el verdadero igualitarismo! (Enrico Baj).

Ritos, ritos, ritos y más ritos en la era web.
La cultura de la red no hace más que reactualizar y deformar las siempre renovadas (y tan arcaicas) potencias del reencantamiento del mundo (Maffesoli dixit). La batalla de antiquísimos imaginarios en el paisaje de una infinita telaraña de información.
Nada más tribal que la sociedad de la información.

¿Cuál es el límite entre la tecnosis y la techgnosis?

Si los neoluditas tienen un rol en nuestra cultura, este será el de revisibilizar a las máquinas (sus novísimos daimones). O, con mayor precisión, denunciar las políticas de anexión de nuestras más triviales conductas a los protocolos maquínicos, en esa erótica que comparten con los geeks –su contracara absoluta-. Sí, sí: un neoludita es un geek al revés. Y viceversa. Una vez más, nos referimos a las guerras de la ergonomía.

Tal cual: deberíamos recaratular nuestras épocas de acuerdo a las ergonomías triunfantes. Aunque no es su fin, lo cierto es que las ergonomías invisibilizan a la máquina y sus efectos. La ergonomía rige las ecologías de la virtualidad.
Nada compromete más al cuerpo que la expansión de la virtualidad digital.
Comodidad e incomodidad de las máquinas. En esta línea se multiplican todos los eslogans de esta guerra.

Tecnosis: resistencia del cuerpo. (La virtualidad refuncionaliza al cuerpo).
Techgnosis: si los gnósticos creían que de todo laberinto se salía por arriba, los techgnósticos saben que no existe más que laberintos de información.
Política junk: Bakunin-Ray Ban-Coca Cola.
Entropía de las entropías.

Pero ¿acaso la web no comienza en tu cerebro?
¿En tus terminales nerviosas?
¿Acaso no la experimentás antes y después de la web?
La polución anida en tus sentidos.
¿Anarquía perceptiva?
¿O nueva redistribución de los estímulos e imaginarios?

Gregory Bateson, partidario de una ecología de la mente, dice que toda la contaminación nace de la mente antes que de la chimenea de una fábrica.

Y es justo, yo voy incluso un poco más allá y digo que la contaminación nace de la imaginación. Y es la imaginación que hace a uno pensar en construir una fábrica, después entra la mente racional que la hace proyectar la fábrica, pero el primer momento, el primer input viene de la imaginación que provoca ideas e impulsos.” (Enrico Baj).

Los paisajes actuales irritan.
Ningún antídoto más efectivo que el elegante reclamo de los modos que se esfuman (loas a Sebald). ¿Realmente el pasado es más elegante, más sabio?
La guerra no se debate en los dominios de la tecnología, sino en los imaginarios que la resignifican.
¿Qué imaginarios transitan a Jennifer K. Dick?
“Jacques Sivan, Susan Howe, Anne-Marie Albiach, Mathias Goeritz, Ricardo Goncalves, Philadelpho Menezes, Maurice Roche, Clemente Padin, Franklin Capistrano et -bien sûr-Mallarmé!”

Sí, Mallarmé.
(“Un Dante de la Edad Industrial”, como afirmó Haroldo de Campos).
Un golpe de dados jamás abolirá el bazar. (Eric Raymond).

Una vez más, no se trata de una “nueva imaginación”.
Nadie más actual que Giambattista Vico.
El futuro sigue siendo Raymond Roussel.

Maffesoli, otra vez: “No es exactamente el retorno de las tribus tradicionales. Es la vuelta de la tribu, más Internet. Y esa sinergia entre lo arcaico y el desarrollo tecnológico es la gran marca de la posmodernidad y el lugar donde las tribus se expresan.
Llegué a esto analizando cómo las tribus musicales del sur de Francia se ponían en contacto con tribus que hacían la misma música en Budapest o Bratislava. Compartían el mismo gusto musical y gracias a Internet se contactaban. Nuestra marca de época es la tribu, lo arcaico, más el desarrollo de Internet.”