lunes, 21 de diciembre de 2009

Porno life

Virtualidad, información, identidad

No existe plataforma que no se imponga como una declaración estética: Facebook pone en órbita una estética, lo mismo que Fotolog, Flickr, Blogger, Second Life o incluso Taringa!.

Las estéticas no son sino las formas en que administramos nuestro tiempo y los materiales que les proponemos.

Aclaremos: estéticas de tuneo, de múltiple articulación de tres términos: virtualidad, información e identidad (de hecho el par intimidad / sociabilidad se deduce de las combinatorias iniciales).

Decime de qué forma te componés (te inventás) digitalmente mediante el ars combinatoria de estas tres dimensiones e intentaré adivinar cómo afectan estas estéticas tu vida unplugged.

¿Realmente es más peligroso Facebook que Fotolog? ¿Por qué la gran inflación de crímenes y asesinatos parecen merodear tanto más los usos del primero que las opciones del segundo?

En los últimos años no dejamos de leer y escuchar sobre ese desajuste de información entre virtualidad y mundo físico que tuvo como saldo demasiados hechos horrendos. Y una y otra vez nos asalta el mismo interrogante: ¿qué clase de información es la que está en juego?

¿Qué es lo que estas estéticas de software ponen en escena? ¿El relato –en imágenes, preferencias y mini-historias- de una vida –a medias inmediata, a medias ficcionada por una edición amateur?

Veámoslo de este modo: lo que exhibimos, ante todo, es una mirada, un modo de observar(nos).

¿Qué otra cosa es Flickr, Fotolog o Facebook? Para la gran mayoría de los usuarios, una simple indicación: así queremos que nos vean, que nos miren.

De hecho, lo que nos atrae observar es cómo se miran y como ven a sí mismos los otros. Cómo se sostiene y muta esa mirada a lo largo de un extenso número de días. Una mirada de almanaque, de diario personal en imágenes.

Un blog puede aproximarse a lo mismo con palabras (también Twitter) pero la visualidad sigue triunfando, ampliamente.
El interrogante reina ¿cómo me vas a ver? ¿De qué modo actúa tu percepción sobre mí?

¿Qué ves? ¿qué te dejo ver? ¿qué te permito ver? Lo sabemos: la imagen siempre oculta.

Todo foco es exclusión, elabora un “fuera de cuadro”, se determina a partir de todo lo que dejamos afuera. Pero en todos los casos no es más que narración: relato en imágenes, en una trama dispersa, presuntamente desarticulada pero continua.

Tu frecuencia, tu insistencia, tus dubitaciones, todo puede deducirse paranoicamente de tu perfil digital.

Claro, en todos los casos se trata de percepción pautada por la tecnología (por las estéticas de la tecnología).

Si puedo explicar la forma en que veo / miro, en que narro desde imágenes, ante todo es porque conozco, más no sea intuitivamente, las limitaciones del software que estoy utilizando.


¿Por qué triunfan Fotolog y Flickr? Porque Youtube o los textos de un blog (o los ínfimos de Twitter) exigen otro uso de tiempo.

El trasfondo siempre es porno: deseamos ver más de lo que vemos en el mundo físico.

Siendo como es la virtualidad, una radicalización de nuestro mundo material, intentamos hurgar justo ahí donde la virtualidad eleva la promesa de manifestarlo todo a toda velocidad.

Porque, como resulta evidente, las estéticas deben ser ante todo veloces. Mutantes, vertiginosas. El mundo en estado Twitter (ahora sí): estímulos incesantes en un planeta en el cual la ansiedad y el aburrimiento compiten sin piedad.