sábado, 10 de febrero de 2007

Un bañero fuera de control

El Sistema-Chaskielberg como meta-viaje. ¿Por qué meta-viaje? Porque si tuviera que elegir un eje único para avanzar en un análisis-sondeo del Sistema-Chaskielberg sin dudas optaría por la sutil y reveladora contundencia del flash, esto es: por la distancia, tanto técnica como conceptual que entrelaza y confronta el uso de una fuente luminosa con destello breve o intenso -usada en fotografía cuando la luz es insuficiente o para atenuar las sombras- con la Alucinación y sorpresa que toma como inspiración la figura de la euforia súbita producida por la ingestión de estimulantes. El flash entonces, en sus dos límites, se plantea en esta exhibición al modo de un poderoso reactivo de la potencial figura del viaje dentro del viaje.

¿De un flash a otro? Exactamente, aunque no importe demasiado cuál viene primero y cuál luego. En esta fase del Sistema-Chaskielberg los conceptos de flash y viaje también se entremezclan. Si bien es cierto que, como buscan los cultores del Zen, cada una de sus imágenes reclama un satori o iluminación (una irradiación no siempre necesariamente mística) lo que me interesa es que este fenómeno se produce a plena luz del día, con la ayuda de un pequeño dispositivo electrónico (el flash) y en medio de un viaje a las playas y al mar. Un desplazamiento interior vehiculizado por otro exterior. Ahora bien ¿es un trip que sólo afecta a los ojos o quiere comenzar justo ahí?

¿Qué es el Sistema-Chaskielberg? Una forma operativa, es decir, un complejo de operaciones que articula al modo de una conspiración (recordemos que etimológicamente conspiración significa “respirar juntos”) la puesta en marcha de recursos diversos –ya fotografía, video, edición, montaje- que se incrementan en el juego multiplicativo de las diversas instancias del flash y el viaje.

¿Y el bañero? Eso en realidad es una cita, un epígrafe fuera de lugar. Mark Dery transcribe en uno de sus libros:

ADVERTENCIA: EN CASO DE ÉXTASIS MÍSTICO
ESTE COCHE QUEDARÁ SIN CONTROL
(Pegatina en el automóvil de un integrista cristiano)


Viendo las imágenes del Sistema-Chaskielberg lo primero que me vino a la mente fue una pregunta ¿qué sucedería si cualquiera de estas personas, especialmente el bañero, profundizara su flash disparándose en un interminable éxtasis místico? A partir de esta involuntaria premisa caí en cuenta que, en su placidez o urgencia, cada uno de los rostros que Ale Chaskielberg captó para esta expo podrían perfectamente formar parte de un batailleano catálogo de rictus en éxtasis. Un estado del mundo que, confieso, no deja de inquietarme.

Ale Chaskielberg es el último ganador del certámen Currículum Cero, que todos los años realiza la galería Ruth Benzacar. Lo anterior es el texto del catálogo que le escribí para su muestra-debut, en julio de 2006, en el Paseo de las Artes, en la Avenida Libertador al 3200 (Buenos Aires).