Si el apropiacionismo de hace más de veinte años propuso un nuevo texto y otra intención para imágenes que creemos conocer bastante bien, Max Gómez Canle transforma un lenguaje familiar a varios siglos en un territorio de pruebas. Convierte el histórico latín en una novísima versión de esperanto, en un idioma experimental. En las obras reproducidas en este catálogo observamos no sólo la convivencia sino la impecable interacción de simpatías clásicas y románticas (reminiscencias de Brueghel, Hobbema y Friedrich, entre muchos) con propuestas madí (el célebre marco irregular de Rod Rothfuss) y el trash digital (el Tetris atraviesa de maneras diversas el universo del artista). Para él la pintura es acrónica: en la pintura es el tiempo el que se ha fugado, mientras cada uno de sus elementos permanece en su sitio.
(...) Estamos frente a un constructor de series que se van definiendo unas a otras a medida que se interceptan. Series formales a la vez que narrativas, tribus icónicas que aventuran el rompecabezas de un mapa en el que el factor temporal –la historicidad de la imagen, la fecha original de su técnica- funciona como un color más.
Lo primero que convocó mi atención cuando visité su casa y su taller fue la cantidad de estudios, de copias de obras de grandes artistas de las más diversas escuelas y períodos. Muchos de estos cuadros son esmeradísimas versiones de obras muy poco conocidas de firmas por demás célebres. En cada uno de estos lienzos la subjetividad de Gómez Canle permanece veladísima; son copias a menudo muy buenas, como las de un falsificador profesional. Pero todo falsificador envejece sus cuadros, trata de inducir los materiales que lo componen en un simulacro de pasado. Con estos estudios sucede exactamente lo contrario: irradian una extraña actualidad, como muchas películas filmadas en blanco y negro por directores contemporáneos.
La saturación formal no implica sólo al vasto reservorio de la Historia del Arte, sino a su condición física: una combinación de muy distintas posibilidades satisfaciendo al máximo su tan poco explorada afinidad visual.
Extractos de un texto de catálogo.
sábado, 10 de marzo de 2007
Le monstre est ici !
Publicado por rafael cippolini en 9:58:00 p. m.
Etiquetas: exploraciones, miradas, novedades